César Barcia tuvo un grave accidente en su adolescencia que le provocó una discapacidad motriz de por vida, pasó mucho tiempo luchando sin éxito contra su obra social para conseguir una bicicleta de mano que le permitiera mejorar significativamente su calidad de vida, y finalmente pudo obtenerla gracias a la intervención de la Defensoría del Pueblo bonaerense.
Con 36 años, César vive en Exaltación de la Cruz junto a su pareja. Desde hace tiempo supo que el mejor método para poder desplazarse iba a ser contar con una bicicleta especial que se ajustara a su condición, pero IOMA rechazó su pedido al considerar que podía usar otros mecanismos alternativos de desplazamiento.
Sin embargo, no bajó los brazos y con su reclamo llegó a la Defensoría. El área de Discapacidad del organismo que conduce Guido Lorenzino intervino al entender la importancia de la autonomía e independencia como derechos fundamentales de las personas con discapacidad, y luego de una serie de gestiones logró conseguir esta bicicleta.
Antes César no podía desplazarse ni dos metros por la vereda, pero ahora puede hacer 8 kilómetros diarios por la calle, acompañado por sus sobrinos. Esto facilita su circulación e independencia y refuerza aspectos directamente relacionados al ejercicio y estímulo de los brazos, lo que mejora de manera directa su capacidad física y su salud mental.